12 octubre, 2018

Nick Cave con su caricatura.

Esta foto es un accidente.

Una vez un gran compañero de la facultad (pública y gratuita) me comenta que había visto que yo había estado en algún evento destacado y me preguntó si “yo lo había visualizado” si “había soñado con eso”. La verdad que no, estaba muy contento con que haya ocurrido pero era algo que no podía haber imaginado tiempo atrás.

La semana pasada ya venía pensando en hacer esta caricatura y poder llevar algunas tarjetas con la ilustración para dar al público bad seeds, como también lo hice hace años en recital de The Residents y Ghost. Mientras tenía el dibujo a un 40%, flasheo poder hacerle llegar el dibujo y recuerdo a un amigo que posiblemente me podía ayudar. Le mando un mensaje algo así como “estoy terminando una caricatura de Nick Cave, flashié cholulismo”, también me cagué de risa de mí al considerarlo y perturbar a mi amigo con esta boludez que si me respondía “sos un drogradicto” (sin serlo) no podía hacer otra cosa que reír con él y darle la razón. Pero me llega el dato del lugar. Solamente eso y “suerte”. Yo le había dicho que ni yo sabía si realmente intentaría ir a darle el dibujo, pero cuando me llega el mensaje pienso “me re cagó, ahora ´tengo que ir´”. Por unos minutos me puse nervioso de pensarlo real, y me ubiqué que ni había ido ni nada, pura elucubración de un futuro inciertísimo. Me relajé mucho cuando me pregunté ¿quién es Nick Cave? Un artista que me gusta lo que hace, como a tanta gente, inspira su obra, pero no más que eso. Cuando digo “no más”, que suena a poco, lo digo porque también me pregunté ¿quién es El Coco? Pensé: mi amigo. Esto último hizo darle dimensión a lo que consideré importante y que era que me tomaría una cerveza con Coco pase lo que pase y nos cagaríamos de risa de lo que hubiera pasado. Me relajé tanto que seguí con mis asuntos: fui a la imprenta por unas cosas, me tomé unos mates, escuché música, terminé un trabajo, tranqui.

Cuando llegué sin saber qué onda, había un grupo de gente esperando verlo, alguien estaba desde casi cuatro horas, yo no pensaba acampar tanto pero a la media hora masomeno, aparece un patova que nos llama y nos dice que “el tipo tiene la mejor onda, va a firmar y sacarse fotos, pero no la bardeen que los sacó al toque”. Y ahí apareció Nick a metros, a centímetros, ahí se me fue al carajo toda la relajación y meditación que había logrado, balbucié “me voy a poner a llorar”. Les había dado tarjetas con la caricatura a lxs quince seguidorxs que estábamos presentes, y veo que la primer persona le da una para que él le firme un autógrafo y al ver el dibujo Nick exclama “oh!” con sorpresa y tono suficientemente neutro como para leer tanto “qué bueno” o “este del dibujo se parece a Capusotto”. Yo no le pedí un autógrafo, solamente le di el dibujo. Ya en el colectivo de regreso me doy cuenta que cuando le quise decir “traje una carpeta (para que se lo pueda llevar)”, le tiré “traje una carpet”. Lo último que recuerdo antes que se vaya es que, señalando la carpeta, dijo: thank you for that.

Si bien esto no es algo que “haya soñado” destaco que en un mundo que te meten presión con que “mereces lo que sueñas” pero tantas cosas no podes ni pensarlas, no podes ni considerar soñarlas. Es lindo saber que, también, ocurren cosas inesperadas que hacen bien,

www.instagram.com/isidoro.reta ]

No hay comentarios:

Publicar un comentario