Gracias Quino. Porque de pequeño me acercaste a la lectura amiga y luego de grande por acompañarme en el trabajo con tus observaciones "desde abajo". A veces con un humor que no es para reírse, tus viñetas tienen la fuerza de un cross en la mandíbula. Un día descubrí que eramos varixs quienes recortabamos tus páginas y armabamos libros en épocas sin internet. Esos dibujos condensan una filosofía amorosa que no te deja a pata, que ejercita el pensamiento y que expande la mirada. Gracias Quino, con tu arte hiciste la diferencia en un mundo que se repite.
Isidoro.
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