Mi secreto es confiar en la noche. La mirada del puma riega y fortalece el horizonte donde estoy recostado casi vencido, la actitud félida es una lección para los débiles, para los casi vencidos. Los salvajes soplan bambúes, llueven sin lágrimas, me abrasan con cuidado y sanan mis heridas; hacen de este sueño un mensaje para la raíz. Soy ese fruto crudo sobre el horizonte que limita con la noche salvaje y que confía en sanar, que la raíz quiera responder la reverencia.
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